JUVENTUD, ANARQUÍA Y
SINDICALISMO.
- CRISIS Y RELACIONES LABORALES.
En
un contexto de crisis como el que vivimos, las relaciones entre
empleado y patrón se ven endurecidas: este cambio, no tiene porque
ser ventajoso siempre para el patrón, depende de la dinámica de la
lucha de clases, que en el Estado español tenemos perdida, por la
sumisión de los sindicatos verticales del régimen (CC.OO., UGT.,
etc...), que aceptan las limosnas del capital para medrar y conseguir
privilegios para sus liberados sindicales que redundan en el
adormecimiento y alienación de la clase trabajadora.
Debido
a las condicionantes de la lucha de clases en nuestro país,
aceptamos sin rechistar los cambios antisociales en las políticas
públicas que se están llevando a cabo al tenor de la crisis de los
mercados: aumento de la edad de jubilación, flexibilización y
precarización del mercado de trabajo, privatización paulatina de
servicios sociales básicos cómo la sanidad y la educación
(mediante subterfugios abyectos como la bonificación en el impuesto
sobre la renta por tener un hijo matriculado en un colegio privado –
concertado, tentativas de instalar un sistema de copago en el sistema
nacional de salud, etc...); medidas todas que se verán
intensificadas si llega un gobierno del PP a la Moncloa.
Es
en este contexto de crisis económica y de valores democráticos en
el que los jóvenes anarquistas pretendemos alzar la voz,
incumpliendo una de las máximas del poder (divide y vencerás), para
que la dinámica de la lucha de clases en el Estado español tienda a
ofrecer soluciones garantistas para una clase trabajadora cada vez
más desprotegida ante los envites del capital. Es nuestro deber como
revolucionarios frenar la apatía y desmovilización que reinan en el
mundo del trabajo, y para ello debemos tener en cuenta diversas
conjeturas, que a continuación expondremos.
- LA PANACEA DEL ESTADO DEL BIENESTAR ES UNA FALACIA.
Hasta
que estalló la crisis financiera, el discurso político pivotaba en
derredor del axioma de que el estado del bienestar era la mejor
creación política del hombre contemporáneo, pues permitía una
existencia feliz para un gran número de personas de la sociedad, a
la vez que posibilitaba que las grandes fortunas siguieran haciendo
negocio. Ahora, esta situación ha llegado a su fin. El estado del
bienestar hace aguas por los cuatro costados al tenor de las
invectivas que los mercados están llevando a cabo contra sus cuatro
pilares básicos: protección social, sistema sanitario universal,
educación pública, y sobre todo, democracia en la toma de
decisiones (se está elucidando la situación que los anarquistas
llevamos planteando desde tiempos inmemoriales, que son los mercados,
encuadrados en opacas instituciones los que crean las condiciones de
vida de la población, que dubitativa ante lo que se le viene encima,
no plantea polos de resistencia y acción válidos para frenar estos
ataques).
Siendo
la juventud la que sufre en mayor medida las embestidas del capital,
es de ella de la que debemos esperar una mayor fuerza en la lucha,
pues si no ponemos remedio, tenderemos a vivir peor que la generación
de nuestros padres, algo insólito de pensar hace algunos años. En
nuestra fuerza cómo jóvenes revolucionarios está la respuesta ante
tamaña injusticia, y para ello sólo tenemos un instrumento.
- EL ANARCOSINDICATO ES LA ÚNICA DEFENSA.
No
todo está perdido, aunque sin duda la situación es desesperante.
Existe en el panorama sindical español un sindicato, CNT, que cuenta
con las mejores herramientas para luchar contra un estado de cosas
heredado, superficial, manirroto e injusto: la acción directa, el
apoyo mutuo y la autogestión que nos ofrece este auténtico
sindicato para luchar por nuestros derechos son la puerta a un mañana
mejor. Es por ello que debemos intentar que la masa atrofiada y
alienada sienta como suya esta herramienta, para conseguir una mayor
implantación del sindicato, con el objetivo de poder plantar cara al
poder de una vez por todas: para ello no valen consignas y peroratas
sin sentido, sólo el ejemplo militante y la fiereza en la lucha son
el camino.
La
organización desde la base en los institutos y universidades, debe
ser el camino elegido para llegar a personas que en estos momentos,
ante el aluvión de medidas impopulares que los gobiernos, con la
aquiescencia del gran capital están llevando a cabo, pueden sentir
la necesidad de dar un cambio a su vida: cambio que les transmita
confianza y presunción de poder decidir, ante un mundo que envía
mensajes individualistas por doquier, un cambio de mentalidad
encaminado a la lucha sindical activa, un cambio anarcosindical.
Ante
la disyuntiva entre aceptar el orden impuesto o luchar por cambiarlo,
debemos ofrecer el ejemplo de una forma de hacer las cosas distinta,
asamblearia e identitaria, una forma de hacer las cosas con sentido
de clase, sin subterfugios ni ilusiones interclasistas; una decidida
y voluntarista opción de cambio real, desde la base, con las
herramientas que la CNT pone en nuestras manos: la acción directa,
al apoyo mutuo y la autogestión, cómo dijimos más arriba, para
frenar los embates de los mercados en el sistema educativo (para
tumbar Bolonia, la estrategia universidad 2016, y cualquier intento
de privatizar un derecho básico e inherente a cualquier ser humano,
no otorgado, sino aprehendido, cómo es la educación).
- CONCLUSIONES PARA UN MAÑANA ROJINEGRO.
Cómo
hemos podido transcribir, la crisis del sistema económico imperante
está dando al traste con el estado social y democrático de derecho
del que hacen gala nuestros gobernantes para tenernos adormecidos. Es
en este momento de agudización de las contradicciones capitalistas
cuando los anarquistas debemos plantear opciones realistas para salir
del embudo de la apatía e inacción social; proponemos varias
alternativas, en distintos ámbitos de la vida.
a)
En el mundo del trabajo, una asociación consciente en el único
sindicato que se puede llamar cómo tal, la CNT, reforzando su
discurso anarquista cómo vehículo para la consecución del
comunismo libertario, único fin justo que la humanidad puede
plantearse para salir de la crisis, en contradicción flagrante con
la ignominia económica imperante.
b)
En la educación, fomentar los valores de la Escuela Libre en
nuestras casas, promoviendo la autogestión de la enseñanza,
autodidactismo, eclecticismo didáctico, y sobre todo, potenciando
los deseos de aprender de nuestros semejantes, siendo vehículo
inexcusable de transmisión de conocimientos y actitudes tendentes al
cambio social.
- En las relaciones sociales, luchar contra el machismo, la homofobia, el racismo y cualquier forma de discriminación que se cuele en nuestras vidas, siendo conscientes de nuestro valor intrínseco como ejemplo de una sociedad por venir.
- Instauración paulatina de mecanismos económicos para abolir la dependencia social del dinero, como bolsas de consumo autogestionadas, pequeñas cooperativas de trabajo, etc...
Todo
lo expuesto puede parecer una utopía, pero no es nada más que la
explicación de un sistema alternativo, que puede ser aupado
socialmente como disyuntiva posible de un cambio revolucionario.
Juan Madueño Criado.
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