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domingo, 29 de abril de 2012

JUVENTUD, ANARQUÍA Y SINDICALISMO

JUVENTUD, ANARQUÍA Y SINDICALISMO.

  1. CRISIS Y RELACIONES LABORALES.

En un contexto de crisis como el que vivimos, las relaciones entre empleado y patrón se ven endurecidas: este cambio, no tiene porque ser ventajoso siempre para el patrón, depende de la dinámica de la lucha de clases, que en el Estado español tenemos perdida, por la sumisión de los sindicatos verticales del régimen (CC.OO., UGT., etc...), que aceptan las limosnas del capital para medrar y conseguir privilegios para sus liberados sindicales que redundan en el adormecimiento y alienación de la clase trabajadora.

Debido a las condicionantes de la lucha de clases en nuestro país, aceptamos sin rechistar los cambios antisociales en las políticas públicas que se están llevando a cabo al tenor de la crisis de los mercados: aumento de la edad de jubilación, flexibilización y precarización del mercado de trabajo, privatización paulatina de servicios sociales básicos cómo la sanidad y la educación (mediante subterfugios abyectos como la bonificación en el impuesto sobre la renta por tener un hijo matriculado en un colegio privado – concertado, tentativas de instalar un sistema de copago en el sistema nacional de salud, etc...); medidas todas que se verán intensificadas si llega un gobierno del PP a la Moncloa.

Es en este contexto de crisis económica y de valores democráticos en el que los jóvenes anarquistas pretendemos alzar la voz, incumpliendo una de las máximas del poder (divide y vencerás), para que la dinámica de la lucha de clases en el Estado español tienda a ofrecer soluciones garantistas para una clase trabajadora cada vez más desprotegida ante los envites del capital. Es nuestro deber como revolucionarios frenar la apatía y desmovilización que reinan en el mundo del trabajo, y para ello debemos tener en cuenta diversas conjeturas, que a continuación expondremos.

  1. LA PANACEA DEL ESTADO DEL BIENESTAR ES UNA FALACIA.

Hasta que estalló la crisis financiera, el discurso político pivotaba en derredor del axioma de que el estado del bienestar era la mejor creación política del hombre contemporáneo, pues permitía una existencia feliz para un gran número de personas de la sociedad, a la vez que posibilitaba que las grandes fortunas siguieran haciendo negocio. Ahora, esta situación ha llegado a su fin. El estado del bienestar hace aguas por los cuatro costados al tenor de las invectivas que los mercados están llevando a cabo contra sus cuatro pilares básicos: protección social, sistema sanitario universal, educación pública, y sobre todo, democracia en la toma de decisiones (se está elucidando la situación que los anarquistas llevamos planteando desde tiempos inmemoriales, que son los mercados, encuadrados en opacas instituciones los que crean las condiciones de vida de la población, que dubitativa ante lo que se le viene encima, no plantea polos de resistencia y acción válidos para frenar estos ataques).

Siendo la juventud la que sufre en mayor medida las embestidas del capital, es de ella de la que debemos esperar una mayor fuerza en la lucha, pues si no ponemos remedio, tenderemos a vivir peor que la generación de nuestros padres, algo insólito de pensar hace algunos años. En nuestra fuerza cómo jóvenes revolucionarios está la respuesta ante tamaña injusticia, y para ello sólo tenemos un instrumento.

  1. EL ANARCOSINDICATO ES LA ÚNICA DEFENSA.

No todo está perdido, aunque sin duda la situación es desesperante. Existe en el panorama sindical español un sindicato, CNT, que cuenta con las mejores herramientas para luchar contra un estado de cosas heredado, superficial, manirroto e injusto: la acción directa, el apoyo mutuo y la autogestión que nos ofrece este auténtico sindicato para luchar por nuestros derechos son la puerta a un mañana mejor. Es por ello que debemos intentar que la masa atrofiada y alienada sienta como suya esta herramienta, para conseguir una mayor implantación del sindicato, con el objetivo de poder plantar cara al poder de una vez por todas: para ello no valen consignas y peroratas sin sentido, sólo el ejemplo militante y la fiereza en la lucha son el camino.

La organización desde la base en los institutos y universidades, debe ser el camino elegido para llegar a personas que en estos momentos, ante el aluvión de medidas impopulares que los gobiernos, con la aquiescencia del gran capital están llevando a cabo, pueden sentir la necesidad de dar un cambio a su vida: cambio que les transmita confianza y presunción de poder decidir, ante un mundo que envía mensajes individualistas por doquier, un cambio de mentalidad encaminado a la lucha sindical activa, un cambio anarcosindical.

Ante la disyuntiva entre aceptar el orden impuesto o luchar por cambiarlo, debemos ofrecer el ejemplo de una forma de hacer las cosas distinta, asamblearia e identitaria, una forma de hacer las cosas con sentido de clase, sin subterfugios ni ilusiones interclasistas; una decidida y voluntarista opción de cambio real, desde la base, con las herramientas que la CNT pone en nuestras manos: la acción directa, al apoyo mutuo y la autogestión, cómo dijimos más arriba, para frenar los embates de los mercados en el sistema educativo (para tumbar Bolonia, la estrategia universidad 2016, y cualquier intento de privatizar un derecho básico e inherente a cualquier ser humano, no otorgado, sino aprehendido, cómo es la educación).

  1. CONCLUSIONES PARA UN MAÑANA ROJINEGRO.

Cómo hemos podido transcribir, la crisis del sistema económico imperante está dando al traste con el estado social y democrático de derecho del que hacen gala nuestros gobernantes para tenernos adormecidos. Es en este momento de agudización de las contradicciones capitalistas cuando los anarquistas debemos plantear opciones realistas para salir del embudo de la apatía e inacción social; proponemos varias alternativas, en distintos ámbitos de la vida.

a) En el mundo del trabajo, una asociación consciente en el único sindicato que se puede llamar cómo tal, la CNT, reforzando su discurso anarquista cómo vehículo para la consecución del comunismo libertario, único fin justo que la humanidad puede plantearse para salir de la crisis, en contradicción flagrante con la ignominia económica imperante.

b) En la educación, fomentar los valores de la Escuela Libre en nuestras casas, promoviendo la autogestión de la enseñanza, autodidactismo, eclecticismo didáctico, y sobre todo, potenciando los deseos de aprender de nuestros semejantes, siendo vehículo inexcusable de transmisión de conocimientos y actitudes tendentes al cambio social.

  1. En las relaciones sociales, luchar contra el machismo, la homofobia, el racismo y cualquier forma de discriminación que se cuele en nuestras vidas, siendo conscientes de nuestro valor intrínseco como ejemplo de una sociedad por venir.

  1. Instauración paulatina de mecanismos económicos para abolir la dependencia social del dinero, como bolsas de consumo autogestionadas, pequeñas cooperativas de trabajo, etc...

Todo lo expuesto puede parecer una utopía, pero no es nada más que la explicación de un sistema alternativo, que puede ser aupado socialmente como disyuntiva posible de un cambio revolucionario.

Juan Madueño Criado.

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